Quedan 3 días para el gran partido, un partido que todos estamos esperando con ansia durante estos 6 días de incertidumbre, nerviosismo y cierta tristeza sabiendo que nuestro equipo necesita de nuestro apoyo más que nunca. Como ha dicho el gran Jupp Heynckes, el jueves era el día de lamerse las ideas y después de eso, hora de trabajar. Es por eso que ya es hora de poner fin a todo lo negativo, a cualquier flaqueza en nuestra fe, cualquier tristeza con solo una idea, NECESITAMOS CLASIFICARNOS.
Es hora de pasar a la final. Es hora de limpiar nuestro nombre. En 2015 las lesiones acabaron con el equipo, en 2016 el árbitro evitó cualquier posibilidad y en el 2017 árbitros y lesiones. Hoy y ahora necesitamos dar un paso más a los intentos pasados y volver a liberar esa bestia que está durmiendo en nuestra alma.
El martes, tenemos que disfrutar y gozar de la bestia dormida. No es un tema de venganza, no es un tema de estar seguros de que vamos a ganar, no se trata de ser arrogantes debido a la rivalidad, eso es algo que ya nuestro rival lo hace demasiado bien y durante estos últimos días lo han demostrado con esa prepotencia y faltas de respeto. Todo se trata de despertar a la bestia que ha estado durmiendo durante 6 años. Es hora de que la bestia despierte, una bestia que nació en el 1976, una bestia que atemorizó Europa hasta el 2012, esa bestia que hacia nacer el miedo más profundo en los rivales del Bayern.
En los últimos años, la bestia cambió, se durmió, desde la salida de Jupp fue «envenenada» y no ha estado disponible durante años y, a día de hoy, está durmiendo. La bestia necesita despertar. Esa bestia negra que vive dentro de las almas de nuestros jugadores y nosotros, dentro de su corazón, dentro de su mente, en su sangre. Esa bestia está muy despierta en nosotros, y lo demostraremos el martes pero también tiene que ser convocada por nuestros jugadores, solo entonces estará al 100%.
La bestia tiene un objetivo, que este año consiga el triplete, por él, por Jupp Heynckes, el hombre que ha hecho tanto por el Bayern y sea cual sea la recompensa nunca será suficiente. La única recompensa que merece, como mínimo, es ganar la Champions.
Por el Bayern y por la Bestia Negra.
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